“Las barreras son un estado mental. Querer es poder”, Gildardo Monroy Guerrero
Monroy Guerrero, director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Tolima, es un gran ejemplo de emprendimiento y perseverancia.
Gildardo Monroy Guerrero está celebrando la obtención de su reciente título de Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Universidad Católica de Perú y ‘Doctor Of Business Administration de Maastrich School of Management’, de Holanda. Títulos que con esfuerzo y dedicación ha logrado sacar adelante.
Monroy se caracteriza por ser una persona agradecida, “sin los apoyos de la Junta Directiva del Comité y de todos aquellos que contribuyeron para la realización de este estudio no habría sido posible llegar al final. Debo decir también, y de manera especial, que pude lograrlo gracias a mi esposa Nancy, y a mis hijos María Paula y Juan Daniel, ellos compartieron conmigo este sacrificio”, afirmó.
Es de resaltar que Monroy ha sido profesor catedrático de la Universidad del Tolima, “entre 1997 y 2000 dicté en la alma máter Planeación Administrativa, Matemáticas Financieras, Evaluación de Proyectos, entre otras asignaturas”, contó.
Se describe como un soñador y considera que las barreras son un estado mental, “querer es poder, no hay límites”, agregó.
Esto explica su largo recorrido que ha construido con esfuerzo, por ende es un personaje destacado del departamento, que se ha caracterizado por sus ganas de salir adelante, convirtiéndose en un gran ejemplo; sobretodo, porque desde que era un niño perdió a su padre en un accidente automovilístico, y también vivió la pérdida de su madre cuando iniciaba su adolescencia.
No obstante, dichos sucesos trágicos no impidieron que Gildardo siguiera con sus ganas de cumplir sus sueños y salir adelante, “hay que levantarse y seguir luchando, no podía convertirme en una víctima, mis padres me dieron el regalo más valioso que es la vida”, finalizó.
El Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Tolima recibió grado de Doctor en Administración Estratégica de Empresas y Doctor Of Business Administration Si algo ha caracterizado la trayectoria profesional de Gildardo Monroy Guerrero es la constancia y el deseo de salir adelante. Su historia, llena de grandes dificultades, ha superado el dolor y la pérdida, tragedias personales que pudieron echarlo a perder y que él supo transformar, con trabajo y esperanza, en una opción de vida cuando todo parecía imposible.
Hoy el Administrador de Empresas celebra, más que un triunfo personal, al graduarse como Doctor en Administración Estratégica de Empresas de la Universidad Católica del Perú y Doctor Of Business Administration de Maastrich School of Management, de Holanda, un logro que habla de él como el hombre que ha sabido derrotar las dificultades más complejas para poner la bandera de su esfuerzo en lo más alto del camino.
Tolimense de pies a cabeza, oriundo de Rovira, apasionado por la caficultura y sus gentes. Aficionado a la buena cocina. Un hombre de familia. Un convencido de que la clave del éxito es querer lo que se hace. Un soñador despierto. Ese, en resumen, es Gildardo Monroy Guerrero.
Quienes conocen a este ejecutivo rovirense saben que su trayectoria ha estado marcada por la fuerza del trabajo, la constancia y la disciplina, valores que le han servido para darle vuelta a una dura infancia, en la que perdió a su padre, Jesús María Monroy, en un accidente automovilístico, cuando apenas tenía dos meses de nacido y a su madre, Carmen Guerrero, al empezar a enfrentarse a la adolescencia. Vivió incomodidades propias de cualquier niño en el campo, como caminatas de largas horas para ir y regresar de la escuela. En medio de esas circunstancias tuvo que enfrentarse y superar las secuelas de un accidente doméstico que le provocó quemaduras de tercer grado y que lo tuvo en un hospital por casi seis meses.
Sus inicios
El impulso de su madre fue fundamental en el que sería el destino de sus pequeños. Ella, a quien su hijo describe como una mujer con alma de líder, que la llevó a ser la Presidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda Pijadito, se empeñó en que salieran del campo, evitando así que fueran atrapados por el horror de la violencia, que por aquellos años era el pan de cada día en los campos del Tolima.
Fue así como primero sus hermanas Nelsa, Alcira y Argenis y luego él, y su hermano Freddy llegaron a Cajamarca, Ibagué y Rovira, donde la familia Ríos Garay acogió al joven Gildardo como propio, le brindó el calor de hogar y le inculcó valores y principios.
Gildardo Monroy siempre se destacó académicamente. En su pueblo estudió en las instituciones General Santander y Francisco de Miranda, pero el bachillerato lo culminó en el Colegio San Simón de Ibagué, estudiando de noche y trabajando de día. El buen puntaje obtenido en las pruebas de Estado hizo posible que la Asociación de Padres le otorgara una beca más que suficiente para matricularse en la Universidad del Tolima, para estudiar Administración de Empresas.
Así recuerda el tiempo en que ingresó a sus estudios superiores: “Yo en realidad lo que quería estudiar era hotelería y turismo. Tenía como referente a un amigo cercano que es chef y había trabajado con él, yo había aprendido a preparar de todo. Eso era lo que me gustaba, pero no ofrecían esa carrera en Ibagué. Además, la Administración de Empresas era el único programa que me permitía trabajar en el día y estudiar en la noche. A la par de mis estudios superiores desempeñé cargos como Auxiliar de Pagaduría en Adpostal, Auxiliar de Almacén en Fibratolima, Auxiliar Contable en Prohaciendo y Asistente Administrativo en la Central Cooperativa de Comercialización Cafetera del Tolima Ltda.
Coomcafé. La ventaja de trabajar y estudiar es que simultáneamente lo que se aprende en la academia se pone en práctica en la vida real”.
Su llegada al gremio cafetero y crecimiento profesional Mientras trabajaba en Pastas El Dorado, unos amigos le sugirieron que se presentara al cargo de Auxiliar Contable en Prohaciendo, una corporación perteneciente al gremio cafetero en el Tolima. Después de un tiempo en Prohaciendo se enteró de que en la trilladora de café Comcafé, había una vacante, aplicó y fue nombrado. Allí precisamente hizo su tesis de pregrado, titulada: Diagnóstico y Reconversión Industrial de la Compañía Cafetera de Comercialización Limitada Comcafé. Al parecer, el destino tenía escrito que estuviera cerca del café y sus gentes.
Los buenos resultados académicos en la Universidad del Tolima le permitieron a Monroy Guerrero aplicar para hacer una pasantía en la Universidad de Alcalá de Henares, en España, a la que únicamente clasificaron cinco estudiantes de todo el país. Una nueva experiencia que indudablemente abrió otras expectativas para el joven administrador, quien decidió continuar creciendo laboral y profesionalmente. Es así como ingresó al sector público luego de un concurso y fue nombrado como Profesional Universitario del Ministerio de Transporte, entre 1996 y 2003.
Por ese entonces, ya graduado, fue que decidió alternar su trabajo con la docencia, actividad que le generó una entrada económica extra, la que le permitiría más adelante costearse su primera Maestría. Con estas palabras narra su época como profesor: “Entre 1997 y 2009 fui profesor catedrático de la Universidad del Tolima. Dicté Planeación Administrativa, Matemáticas Financieras, Evaluación de Proyectos, Análisis Financiero, Diagnóstico Empresarial y Simulación Gerencial, entre otros. Lo que más me gusta de enseñar es aprender.
Uno se exige a prepararse, a tener el conocimiento fresco, a estar actualizado, a hablar en público, a perder los miedos, a tener un pensamiento sistémico y a comprender distintos puntos de vista. Es más lo que se aprende, que lo que se enseña”.
Estando en el Ministerio de Transporte se presentó a una convocatoria de la Procuraduría General de la Nación –Procuraduría Provincial Ibagué: “Fue un concurso en el que participaron más de 700 aspirantes y yo ocupé el primer lugar. El proceso duró tres años y el cargo era para hacer investigación en temas de contratación estatal. Me aburrí, pues eran funciones de abogado. No era lo mío. Fue cuando apareció un aviso en el periódico, donde buscaban a alguien para gerenciar una empresa del sector agropecuario.
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